Vista general de la lona serigrafiada con las ortofotos del conjunto escultórico de la catedral de Sigüenza.

En el presente artículo os vamos a relatar nuestra experiencia respecto a “Abierto por restauración”, jornadas que el Instituto de Patrimonio Cultural Español (IPCE) ha puesto en marcha hasta el próximo 26 de noviembre, y que permiten visitar, entre otros monumentos, y con motivo de su restauración, el conjunto escultórico en piedra caliza policromada formado por el retablo de Don Fadrique, el retablo de Santa Librada, la portada de Jaspe y la portada de acceso a la sacristía de Santa Librada de la catedral de Sigüenza (Guadalajara), que tuvimos el placer de disfrutar hace unos días.

El proyecto de restauración fue redactado por la conservadora-restauradora de escultura Olga Cantos Martínez y se basó en los resultados obtenidos en la intervención de estudios previos llevada a cabo en el año 2014. Por tanto, estamos ante una actuación ejemplar, ya que para poder realizar un buen proyecto de restauración es necesario conocer a fondo qué le está ocurriendo a nuestro bien cultural. En concreto los citados estudios previos estuvieron encaminados a conocer el monumento y a ensayar los tratamientos de conservación y restauración. Para obtener más información al respecto se puede consultar el siguiente artículo de la revista Pátina. Una vez que se clarificó la situación, y se obtuvieron unas conclusiones, se procedió a la redacción del proyecto de conservación y restauración. Este salió a licitación y su adjudicación se produjo en el año 2016. A día de hoy continúa la intervención según las premisas recogidas en el proyecto de restauración de Olga Cantos Martínez.

En la visita de “Abierto por restauración” nos explicaron la historia e iconografía de los retablos y portadas que conforman el conjunto escultórico, en el que llama la atención los daños que sufrió durante la Guerra Civil. La catedral fue bombardeada durante el conflicto bélico, siendo el mausoleo de don Fadrique uno de los más afectados por el impacto de los obuses, que causaron el desprendimiento de una gran parte del lateral derecho, y afectaron también al zócalo, a los dos primeros cuerpos del mausoleo y a la estabilidad estructural de las fábricas. Los proyectiles y la onda expansiva también produjeron numerosas fracturas y pérdidas volumétricas tanto en el mausoleo de don Fadrique como en el retablo de Santa Librada. Finalizada la contienda y a partir de 1941 se llevaron a cabo una serie de trabajos de restauración y reconstrucción de la catedral y del conjunto escultórico, dirigidos por los arquitectos Antonio Labrada y Leopoldo Torres Balbás. En los estudios previos del año 2014 se pudo constatar que fue el escultor Florentino Trapero quien dirigió la intervención de los retablos en 1941, al aparecer una inscripción labrada en el libro que porta la figura de Santa Margarita donde se indica el nombre del artista junto al del arquitecto A. Labrada.

Las visitas están destinadas al público general por lo que se centran más en aspectos histórico-artísticos que en aspectos de conservación y restauración. A tenor de las expresiones y los comentarios de las personas junto a las que visitamos la restauración, supone todo un acierto, puesto que todas las observaciones fueron muy positivas. Ahora bien, desde el punto de vista del profesional de conservación y restauración las explicaciones se quedan bastante cortas, y ante la imposibilidad de consultar el proyecto de conservación o los resultados de los estudios previos se generan dudas y surgen multitud de preguntas que a día de hoy no podemos contestar. De cualquier manera, y a simple vista, podemos inferir la profesionalidad de los actores involucrados en la intervención, de los criterios utilizados y de la metodología empleada, ya que, entre otras cosas, en el interior del recinto se pueden observar los planos de los retablos con los tratamientos realizados, la organización del espacio y las zonas terminadas.

La implantación de los medios necesarios para realizar la obra es ciertamente imaginativa y operativamente muy útil. La instalación de una lona serigrafiada con las ortofotos del conjunto escultórico reduce considerablemente el impacto visual de la intervención desde el interior del templo, y sirve para acompañar las explicaciones realizadas durante la visita, las cuales se ven completadas por la presencia de una pantalla donde se muestra un video, muy bien editado, que nos introduce en su estado de conservación y en los trabajos de conservación y restauración. En conjunto la implantación, la organización, la estética e incluso la escenificación nos parecen un gran acierto.

Os invitamos a que acudáis a cualquiera de las obras incluidas en “Abierto por restauración” –monasterio del Parral (Segovia), murallas del Albaicín (Granada), castillo de Sagunto (Valencia) y el citado conjunto escultórico de la catedral de Sigüenza–, ya que esta iniciativa constituye una magnífica oportunidad para conocer de primera mano los esfuerzos realizados por el IPCE para la conservación, restauración y puesta en valor de nuestro patrimonio.