Vista general de la Maqsura de la Mezquita de Córdoba.

A pesar de lo que se pensaba hasta ahora, la estructura de madera de la “Maqsura” de la Mezquita-Catedral de Córdoba, es decir, la cúpula de su “Mirhab” o pequeña instancia en la que se indica hacia qué dirección hay que rezar, no son de cedro de África, sino de un pino autóctono de la sierra de Cazorla, transportados hace más de mil años para su construcción y que ha soportado muy bien el paso del tiempo. Y también es local la piedra caliza utilizada como soporte. Estos son solo dos de los hallazgos que han revelado los estudios preliminares realizados por un equipo multidisciplinar de cara a una posible y futura restauración de la Maqsura y que se presentaron el pasado 19 de octubre en un encuentro realizado en la ciudad califal al que asistieron 250 expertos.

La Maqsura de la Mezquita-Catedral de Córdoba fue ejecutada entre los años 961 y 971 durante la ampliación de la antigua mezquita ordenada por el califa Al-Hakam II, quizá la más original de todas, en gran medida por la excelente interpretación ornamental del conjunto con el que se consiguió un efecto verdaderamente escenográfico. Fue encargada a su primer ministro, Yafar Ibn Abd al-Rahman, aunque en las inscripciones existentes en el Mihrab aparecen los nombres de otros artífices de la obra. Los estudios presentados por los actuales arquitectos conservadores de la Mezquita-Catedral, Gabriel Ruiz, Gabriel Rebollo y Sebastián Herrero, desvelan que las cúpulas fueron restauradas en la propia Edad Media, ya bajo culto cristiano, tras la conquista de Córdoba por Fernando III El Santo. Además, las vigas talladas de la Maqsura, las más ricas del templo, fueron restauradas de nuevo en el siglo XIX, en 1815 y en su segunda mitad, en esta última ocasión de la mano del arquitecto Ricardo Velázquez Bosco.

En esta “Jornada de arquitectura sobre las cúpulas de la Maqsura de la Mezquita-Catedral”, que se celebró en el Palacio Episcopal de la ciudad cordobesa, sus responsables señalaron más concretamente que la restauración medieval implicó pintar las zonas donde habían desaparecido las teselas de los mosaicos de influencia bizantina de la cúpulas, pero que se hizo de forma tan acertada que, desde abajo, era prácticamente imposible distinguir cuáles eran unas y cuales otras.

Toda esta fase preliminar de investigación ha sido financiada íntegramente por el Cabildo catedralicio, institución que quiere realizar una próxima restauración en esta área de la Mezquita-Catedral, todo un hito del arte islámico con claras influencias bizantinas, mesopotámicas y armenias, como se ha podido descubrir gracias también a esta fase de investigación.