El famoso “crowfounding”, el sistema de microfinanciación a través de Internet, no solo sirve para impulsar proyectos empresariales o culturales. También sirve para salvar el patrimonio histórico-artístico. Y es que 6.500 internautas, liderados por una asociación de restauradores, se han unido para comprar el castillo de La Mothe-Chandeniers, un “chateau” francés situado en el centro de un lago y rodeado por un bosque que bien podría haber sido la morada de “La bella durmiente”. Su intención es restaurarlo y darle un uso “colectivo y participativo”.

Bajo el lema “¿Y si adoptamos un castillo?” se organizó una campaña para recaudar los 500.000 euros necesarios para comprar este precioso edificio situado al oeste de Francia, cerca de la localidad de Les Trois-Moutiers. Por al menos 50 euros cualquier persona podía convertirse en uno de los accionistas de la empresa que ya es dueña de la edificación. El “crowfounding” para la segunda fase del proyecto, la de la rehabilitación, estará abierto hasta finales de este mes de diciembre.

 

Escalera de caracol del castillo de La Mothe-Chandeniers.

La escalera del “chateau” rememora sus tiempos de esplendor. / Foto: Idealista.

 

Los orígenes del castillo de La Mothe-Chandeniers se remontan al siglo XIII, cuando fue construido como fortaleza de la familia Bauçay, aliados del rey. Durante la Edad Media fue conquistado en dos ocasiones por los ingleses, que lo devolvieron para que viviera su época dorada como uno de los castillos más famosos de Francia hasta que fue saqueado durante la Revolución Francesa.

 

La naturaleza se hace paso sin control desde el interior del castillo de La Mothe-Chandeniers.

La naturaleza se hace paso sin control desde el interior del edificio. / Foto: Idealista.

 

Posteriormente fue adquirido por un rico empresario de París y, más tarde, por un escudero de Napoleón III, que lo restauró inspirándose en los castillos del Loira. En 1932 pasó a ser propiedad del Barón Edgar Lejeune, quien ordenó que se instalase la calefacción central para combatir el frío del invierno. Esta decisión supuso el principio de su fin, ya que un escape en el sistema provocó un incendio que arrasó el “chateau” y todo lo que había en él: desde los incunables de su biblioteca hasta muebles centenarios, pasando por los tapices reales de sus muros.

 

Vista aérea del castillo de La Mothe-Chandeniers.

El castillo está situado en medio de un lago y rodeado por un hermoso bosque. / Foto: Idealista.

 

En 1981, un profesor de matemáticas, Marc Demeyer, lo compró con la intención de rehabilitarlo y devolverle la gloria de la que gozó. Sin embargo, pronto se encontró con un obstáculo, y es que el castillo había sido desposeído de sus terrenos adyacentes, vendidos por la banca en lotes al mejor postor. Sin manera de hacerlo productivo, Demeyer intentó por todos los medios recaudar el dinero suficiente para la restauración, pero en 2013 confesó que se rendía. Fue entonces cuando una agrupación de restauradores y conservadores emprendió una campaña a través de las redes sociales y las plataformas de “crowfounding” para restaurar este castillo de cuento de hadas y despertarle así del sueño en el que vive desde hace más de 80 años.

Con motivo de las II Jornadas de Creaciones en Papel: tipologías y conservación que se están celebrando en la sede madrileña del IPCE entre los días 22 y 24 de este mes, y en las que Titanio Estudio ha participado a través de una conferencia impartida por nuestra compañera Elsa Soria junto a la también restauradora Rosa Plaza, ambas profesoras de la Escuela Superior de Conservación de Bienes Culturales de Madrid, hemos escrito estas líneas sobre la historia y evolución de las técnicas de fabricación del papel.

El origen del papel se remonta a principios del siglo II en China, en la misma época en la que en Europa dominaba el Imperio Romano y se empleaba el papiro y el pergamino. Habría que esperar hasta finales del siglo VIII para que el secreto de la fabricación de tan preciado bien fuera conocido por el Islam, momento en el que se introdujo su fabricación en Europa a través de España e Italia.

El papel se obtenía de telas en las que las fibras vegetales ya habían sufrido un proceso de preparación previo durante el hilado, el cual implicaba la separación parcial de las fibras y la eliminación de buena parte de los elementos no celulósicos. Si las pastas procedían directamente de plantas vivas, no sólo había que separar las fibras sino que también había que eliminar distintos compuestos, lo que se hacía mediante la maceración de los vegetales (inmersión en agua hasta su putrefacción).

En Europa el papel se realizaba con la forma metálica (forma fija en la que el tamiz estaba formado por puntizones de bronce o latón paralelos y muy próximos que se apoyaban sobre corondeles, y que dejaban en el papel lo que se conoce como marca de agua), lo que permitía poder colocar las hojas en pilas, separadas por fieltros, que a veces eran prensadas para favorecer el escurrido y el compactado del papel. Una vez secas las hojas, estas quedaban demasiado porosas, por lo que se encolaban de forma manual por impregnación o sumergiéndolas en colas (gelatina, de almidón) y gomas vegetales. Seguidamente se procedía con el bruñido de las hojas con un objeto redondeado de superficie lisa. Fue durante los siglos XV, XVI y XVII cuando se generalizó y expandió la fabricación de papel en Europa central y del norte, ampliación impulsada por la invención de la imprenta de tipos móviles.

A finales del siglo XVII se dio un nuevo aumento de la demanda de papel, lo que propició el desarrollo de nuevos sistemas de fabricación, como la aparición de la pila holandesa. Su funcionamiento consistía en aplastar las fibras húmedas entre unas cuchillas en el fondo de una tina hasta alcanzar la trituración efectiva, lo que producía dos efectos: la fragmentación de las fibras y su aplastamiento, por lo que mejoraba de forma notable la capacidad de unirse entre sí (es lo que se conocería como pastas refinadas). La pila holandesa se difundió por Europa y América en el siglo XVIII y se vio completada por otros sistemas de refinado, como, por ejemplo, las refinadoras cónicas.

 

Estancia de una casa de finales del siglo XVIII con papel pintado decorando sus paredes.

Estancia de una casa de finales del siglo XVIII con papel pintado decorando sus paredes.

 

En la última década del siglo XVIII tuvo lugar la primera de una serie de innovaciones que revolucionarían la fabricación de papel: la aparición de la “forma mecánica”, es decir, una máquina capaz de producir rollos de papel continuo y no hojas sueltas. Estas máquinas se fueron desarrollando e incrementando su tamaño hasta los 20-30 metros. Como anécdota curiosa comentar que la primera máquina de forma mecánica se importó desde Francia a España en 1836 para la fábrica de Tomás Jordán, situada en Manzanares el Real, localidad madrileña donde, además de ubicarse Titanio Estudio, se pueden visitar los restos arqueológicos de la misma.

Con estos avances técnicos se consiguió incrementar la velocidad de producción del papel, pero aún era la práctica del encolado lo que suponía una asignatura pendiente en el proceso, ya que se encolaba manualmente y después había que esperar a que las hojas se secaran en enormes tendederos. La solución natural era añadir cola en la tina donde se hallaba la pulpa, pero por motivos de eficiencia no se podía ejecutar porque suponía un desperdicio del producto.

No sería hasta principios del siglo XIX cuando un relojero suizo descubrió que con la resina de coníferas se podía hacer el encolado de la pulpa en la tina. La resina no es soluble en agua, sin embargo se puede saponificar añadiendo un álcali, por ejemplo sosa cáustica. Así, se convierte en jabón de resina que sí es soluble en agua. Si se añadía a la pulpa en la tina, la resina permanecía disuelta en agua pero no funcionaba como adhesivo. Sin embargo, si se añadía alumbre la resina disuelta se precipitaba, solidificándose y adhiriéndose a las fibras vegetales. Este sistema fue patentado en 1807.

Llegaba así un avance en la formación mecánica y en el encolado interno, lo que conllevó un aumento de producción de papel, pero este crecimiento no estaba respaldado por la materia prima del papel, que es la que entonces entorpecía el proceso, ya que se seguían utilizando trapos y papeles usados para la producción de pastas. Fue 1840 cuando se produjo el descubrimiento de las pastas mecánicas de madera, al encontrar un sistema que disgregaba la madera produciendo partículas aptas para la formación de papel. Sin embargo, el problema de estas pastas es que poseen un elevado contenido en materiales no celulósicos como la lignina, lo que les convierte en pastas de baja calidad.

En las décadas siguientes a 1840 aparecieron técnicas de producción de pastas químicas basadas en someter la madera troceada a la acción de tres factores: calor, presión y pH ácido o alcalino. Fueron  estos agentes los que consiguieron mejorar la calidad de las pastas de papel, las cuales  hoy en día se siguen perfeccionando.

Bibliografía: Muñoz Viñas, Salvador: La Restauración del Papel.

En el presente artículo os vamos a relatar nuestra experiencia respecto a “Abierto por restauración”, jornadas que el Instituto de Patrimonio Cultural Español (IPCE) ha puesto en marcha hasta el próximo 26 de noviembre, y que permiten visitar, entre otros monumentos, y con motivo de su restauración, el conjunto escultórico en piedra caliza policromada formado por el retablo de Don Fadrique, el retablo de Santa Librada, la portada de Jaspe y la portada de acceso a la sacristía de Santa Librada de la catedral de Sigüenza (Guadalajara), que tuvimos el placer de disfrutar hace unos días.

El proyecto de restauración fue redactado por la conservadora-restauradora de escultura Olga Cantos Martínez y se basó en los resultados obtenidos en la intervención de estudios previos llevada a cabo en el año 2014. Por tanto, estamos ante una actuación ejemplar, ya que para poder realizar un buen proyecto de restauración es necesario conocer a fondo qué le está ocurriendo a nuestro bien cultural. En concreto los citados estudios previos estuvieron encaminados a conocer el monumento y a ensayar los tratamientos de conservación y restauración. Para obtener más información al respecto se puede consultar el siguiente artículo de la revista Pátina. Una vez que se clarificó la situación, y se obtuvieron unas conclusiones, se procedió a la redacción del proyecto de conservación y restauración. Este salió a licitación y su adjudicación se produjo en el año 2016. A día de hoy continúa la intervención según las premisas recogidas en el proyecto de restauración de Olga Cantos Martínez.

En la visita de “Abierto por restauración” nos explicaron la historia e iconografía de los retablos y portadas que conforman el conjunto escultórico, en el que llama la atención los daños que sufrió durante la Guerra Civil. La catedral fue bombardeada durante el conflicto bélico, siendo el mausoleo de don Fadrique uno de los más afectados por el impacto de los obuses, que causaron el desprendimiento de una gran parte del lateral derecho, y afectaron también al zócalo, a los dos primeros cuerpos del mausoleo y a la estabilidad estructural de las fábricas. Los proyectiles y la onda expansiva también produjeron numerosas fracturas y pérdidas volumétricas tanto en el mausoleo de don Fadrique como en el retablo de Santa Librada. Finalizada la contienda y a partir de 1941 se llevaron a cabo una serie de trabajos de restauración y reconstrucción de la catedral y del conjunto escultórico, dirigidos por los arquitectos Antonio Labrada y Leopoldo Torres Balbás. En los estudios previos del año 2014 se pudo constatar que fue el escultor Florentino Trapero quien dirigió la intervención de los retablos en 1941, al aparecer una inscripción labrada en el libro que porta la figura de Santa Margarita donde se indica el nombre del artista junto al del arquitecto A. Labrada.

Las visitas están destinadas al público general por lo que se centran más en aspectos histórico-artísticos que en aspectos de conservación y restauración. A tenor de las expresiones y los comentarios de las personas junto a las que visitamos la restauración, supone todo un acierto, puesto que todas las observaciones fueron muy positivas. Ahora bien, desde el punto de vista del profesional de conservación y restauración las explicaciones se quedan bastante cortas, y ante la imposibilidad de consultar el proyecto de conservación o los resultados de los estudios previos se generan dudas y surgen multitud de preguntas que a día de hoy no podemos contestar. De cualquier manera, y a simple vista, podemos inferir la profesionalidad de los actores involucrados en la intervención, de los criterios utilizados y de la metodología empleada, ya que, entre otras cosas, en el interior del recinto se pueden observar los planos de los retablos con los tratamientos realizados, la organización del espacio y las zonas terminadas.

La implantación de los medios necesarios para realizar la obra es ciertamente imaginativa y operativamente muy útil. La instalación de una lona serigrafiada con las ortofotos del conjunto escultórico reduce considerablemente el impacto visual de la intervención desde el interior del templo, y sirve para acompañar las explicaciones realizadas durante la visita, las cuales se ven completadas por la presencia de una pantalla donde se muestra un video, muy bien editado, que nos introduce en su estado de conservación y en los trabajos de conservación y restauración. En conjunto la implantación, la organización, la estética e incluso la escenificación nos parecen un gran acierto.

Os invitamos a que acudáis a cualquiera de las obras incluidas en “Abierto por restauración” –monasterio del Parral (Segovia), murallas del Albaicín (Granada), castillo de Sagunto (Valencia) y el citado conjunto escultórico de la catedral de Sigüenza–, ya que esta iniciativa constituye una magnífica oportunidad para conocer de primera mano los esfuerzos realizados por el IPCE para la conservación, restauración y puesta en valor de nuestro patrimonio.

Un año más la iniciativa “Abierto por restauración” del Instituto del Patrimonio Cultural de España (IPCE) permite al público general conocer cómo se desarrolla la restauración de un monumento. En este caso son cuatro los que se podrán visitar hasta el próximo 26 de noviembre: El monasterio de Santa María del Parral (Segovia), las murallas del Albaicín (Granada), el castillo de Sagunto (Valencia) y los retablos de Santa Librada y don Fadrique de Portugal de la catedral de Sigüenza (Guadalajara).

El monasterio de Santa María del Parral (Segovia)

Vista del Monasterio de Santa María del Parral desde el río Eresma.

Monasterio de Santa María del Parral desde el río Eresma. / Foto: fuenterrebollo.com

 

El monasterio segoviano de Santa María del Parral fue fundado en 1447 por Juan Pacheco, marqués de Villena, y constituye uno de los grandes conjuntos artísticos de la arquitectura monástica jerónima de finales del siglo XV. Durante los siglos XVI el monasterio vivió su máximo esplendor, hasta que comenzó su declive en el XIX con las sucesivas exclaustraciones y el paulatino abandono del inmueble. En 1925 se iniciaron las distintas obras para la restauración del edificio.

El principal problema que presenta el monasterio son las filtraciones de agua ocasionadas por la arenización del mortero, lo que ha generado la rotura o caída de muchas tejas. En los casos del crucero, el transepto, la cabecera y la sacristía se observan además daños estructurales motivados por un mal diseño original. La primera intervención se centra en la recuperación de todas las cubiertas para frenar el deterioro, asegurar su estabilidad y estanqueidad y mejorar su accesibilidad de cara a futuras labores de mantenimiento y conservación.

Las murallas del Albaicín (Granada)

La Puerta de Fajalauza, en las murallas nazaríes de Granada.

La puerta de Fajalauza, en las murallas nazaríes de Granada, con pintadas en sus muros. / Foto: Wikipedia Commons.

 

Respecto a las murallas del Albaicín de Granada, las primeras obras defensivas islámicas corresponderían al siglo VIII, pero los restos conservados de este periodo son levantados por Zawii ibn Ziri y su sobrino Habus ibn Maksan entre 1012 y 1038. Posteriormente se llevaron a cabo otras fases coincidiendo con los periodos nazarí, almorávide y almohade. Las actuales actuaciones necesarias para su restauración y conservación se están ejecutando en cuatro tramos de la muralla interior zirí localizados en el sector norte y noroeste: la torres de las Tres Caras, la puerta de Hernán Román, una torre y parte del lienzo en la plaza de Cementerio de San Nicolás, y otra torre y lienzo entre la calle Horno de San Agustín y el convento de las madres Agustinas de Santo Tomás de Villanueva.

Todas estas zonas presentan entornos degradados por falta de mantenimiento, suciedad generalizada, proliferación de plantas invasoras, deterioro y disgregación de tapiales, distorsión de la apariencia original por la confluencia de nuevas construcciones, problemas de socavamiento de las bases de los muros e inestabilidad estructural, deterioro de coronaciones, problemas de humedad y restauraciones de diferentes momentos históricos. Las soluciones pasan por el tratamiento con herbicidas, la retirada de elementos ajenos a la muralla, la preconsolidación de estructuras, tratamientos de limpieza, consolidación y restauración de la estructura de los tapiales, protección de las coronaciones y creación de corredores de paso para su mantenimiento.

El castillo de Sagunto (Valencia)

Imagen general del Castillo de Sagunto, en Valencia.

Imagen general del castillo de Sagunto, en Valencia. / Foto: Rafesmar.

 

El castillo de Sagunto ocupa el cerro en el que se levantó la ciudad romana de Saguntum y aun antes la población íbera de Arse. Las murallas actualmente conservadas de este sistema defensivo se extienden un kilómetro a lo largo del cerro y enlazan ocho edificios independientes que pertenecen a épocas distintas. Las importantes modificaciones que ha sufrido el recinto a lo largo de los años han provocado que el trazado original haya quedado muy desvirtuado.

Las actuaciones de emergencia que actualmente se están llevando a cabo tienen como objetivo paliar los daños causado por las extremas inclemencias meteorológicas de finales de 2016 y comienzos de este año. Entre los elementos más singulares del castillo está la puerta de la Almenara, con riesgo de colapso por los desprendimientos sufridos. En este caso los trabajos se centrarán en garantizar la estabilidad estructural de las fábricas, arco, bóvedas, óculo y demás elementos, así como en la correcta evacuación de las aguas.

En la zona de acceso a los calabozos en el extremo sur de la plaza de Armas la intervención buscará la seguridad estructural, talándose los árboles y ejecutándose la recogida de aguas de escorrentía, su canalización y evacuación, además del drenaje del muro. Y en las plazas de la Ciudadela y del Dos de Mayo, y en la fachada sur del castillo, entre el museo Epigráfico y las baterías del oeste de la plaza de San Fernando, los trabajos en los muros afectados tendrán como finalidad asegurar la estabilidad estructural de todos los elementos.

Los retablos de Santa Librada y don Fadrique de Portugal de la catedral de Sigüenza (Guadalajara)

Detalle del seguntino retablo de Santa Librada.

Detalle del seguntino retablo de Santa Librada. / Foto: http://midosisdenergia.blogspot.com.es

 

En Sigüenza se podrá visitar los retablos en piedra de Santa Librada y Don Fadrique de Portugal, sobre cuya restauración escribimos recientemente en nuestro blog, por lo que invitamos a releer el citado artículo.

Desde 1999 el IPCE ha realizado una serie de intervenciones en este templo guadalajarense encaminadas a erradicar las causas de su deterioro, consolidando principalmente sus estructuras pétreas y garantizando su estanqueidad. La principal patología que amenazaba al edificio eran la acción del agua y las humedades que dañaban sus fábricas y comprometían las obras de arte que albergaba. A todo esto hay que añadir la introducción de técnicas y materiales inadecuados durante la Guerra Civil. El actual tratamiento de restauración de los retablos consiste en la limpieza de policromías, la eliminación de redorados de oro falso y repintes, la desalación de parámetros y la reconstrucción volumétrica y reintegración cromática.

* * *

Con el programa “Abierto por restauración” el IPCE continúa ofreciendo visitas guiadas gratuitas a bienes culturales de indudable interés sometidos a un proceso de restauración. En esta ocasión permitirá el acceso a 8.500 personas hasta el próximo 26 de noviembre. Para consultar todos los detalles de esta iniciativa e inscribirse en el programa solo hay que entrar en su página web.

Cada año desde 2010, la Biblioteca y el Archivo General del Ministerio de Asuntos Exteriores y Cooperación impulsan conjuntamente proyectos de conservación y restauración de sus fondos manuscritos, algunos procedentes de la Biblioteca de Manuel Godoy, el que fuera favorito y primer ministro de Carlos IV entre 1792 y 1798. Actualmente son 170 los ejemplares sobre los que se está trabajando.

Los encargados son profesionales del sector que son contratados cada año para realizar tareas de limpieza, estabilización y elaboración de cajas de conservación a medida. Precisamente los fondos sujetos a estas labores se eligieron prioritariamente en función de sus necesidades de estabilización o conservación mínimas, o entre aquellos que presentaban elementos de la encuadernación o del texto susceptibles de perderse o deteriorarse irremediablemente. Las labores se llevan a cabo siguiendo tres principios de actuación: reversibilidad, inocuidad y conveniencia. Estos son algunos de los manuscritos más importantes que se están restaurando:

Una imagen del libro “Salustrio”.

Una imagen del libro “Salustrio”. / Foto: exteriores.gob.es

  • El libro llamado “Salustrio”, que incluye la traducción de dos famosas obras de Cayo Salustio Crispo: “La conjuración de Catilinia” y “La guerra de Yugurta”. Se trata del manuscrito más antiguo de los que contiene esta biblioteca, ya que la traducción fue realizada hacia 1460 por el Arcediano de Toledo Vasco Ramírez.
Uno de los documentos de Felipe II relativos a su sucesión en Portugal.

Uno de los documentos de Felipe II relativos a su sucesión en Portugal. / Foto: exteriores.gob.es

  • Varios documentos relacionados con la sucesión de Felipe II a la corona de Portugal. Se incluyen cartas del propio rey, Henrique I, Cristóbal Moura, Antonio Pérez, Gabriel de Zayas, el duque de Osuna, el duque de Alba e incluso el Papa relativas a los derechos que alegó el propio Felipe II para acceder al trono luso. Las cartas están fechadas entre 1579 y 1580.
Proceso de restauración de las “cossas” de Sicilia y “Teatro Geográfico”.

Proceso de restauración de las “cossas” de Sicilia y “Teatro Geográfico”. / Foto: exteriores.gob.es

  • Relación de las “cossas” de Sicilia y “Teatro Geográfico, antiguo y moderno, del Reyno de Sicilia”, que contienen unas cuidadas ilustraciones en las que aparecen los principales monumentos civiles y religiosos de Palermo y Mesina, así como escenas mitológicas ligadas a la isla italiana o representaciones de actos institucionales de la corte virreinal. Está fechado el 1 de mayo de 1686 en Palermo.
Una de las primeras páginas de la recopilación “Historie de la Cittá di Firenze”.

Una de las primeras páginas de la recopilación “Historie de la Cittá di Firenze”. / Foto: exteriores.gob.es

  • “Historie de la Cittá di Firenze”, una obra sin paginar, con cartas incluidas sin ningún orden establecido y sin cubierta. Fue posteriormente ordenado y paginado por Verginia Ubaldini allá por 1698. La cubierta es de guadamecí, es decir, de cuero, normalmente de carnero, con relieves y pinturas que se utilizaba para forrar arquetas, decorar paredes y techos, así como para encuadernar.

Siempre es bueno escuchar noticias sobre avances científicos en materia de conservación y restauración de bienes culturales, y en este caso especialmente. Un grupo de investigación de la Universidad de Granada, dirigido por los profesores María Teresa González y Carlos Rodríguez, ha desarrollado un novedoso método de protección de monumentos de piedra caliza a partir de la combinación de materiales orgánicos e inorgánicos, creando un biocemento de CaCO3 bacteriano nanoestructurado. Este estudio ya ha sido testado con buenos resultados en la piedra caliza del monasterio de San Jerónimo de Granada, y publicado en la prestigiosa revista Nature Communications.

Estos tratamientos de protección siempre hay que adoptarlos con cierta prudencia. Sin lugar a dudas, se han realizado ensayos satisfactorios en una piedra caliza muy afectada por la contaminación atmosférica y las sales, pero todavía falta testarlo en otros monumentos calcáreos y observar la evolución de la pátina, así como las posibilidades de retirar dicha protección en un futuro, es decir, conocer su reversibilidad y/o retratabilidad. Desde Titanio Estudio, y en la medida de nuestras posibilidades, intentaremos aportar nuestro granito de arena en la búsqueda  de respuestas a dichas incógnitas.

De cualquier manera, queremos dejar patente nuestro más absoluto reconocimiento y sincera enhorabuena a todos aquellos implicados en la investigación del patrimonio y, hoy especialmente, a este laboratorio de la Universidad de Granada que tantos esfuerzos está realizando en el ámbito de la conservación y la restauración.

Los viajeros que este verano hayan acudido a Sigüenza (Guadalajara) al reclamo del nombramiento de esta ciudad medieval como Capital del Turismo Rural 2017, y de la exposición “Cisneros, de Gonzalo a Francisco” que aloja su catedral hasta el próximo 31 de octubre, habrán sentido cierta decepción al no haber podido disfrutar de algunas de las joyas que alberga este templo-fortaleza, ya que se encuentran en plena restauración. En concreto, se están reparando el retablo de Don Fabrique de Portugal, el retablo de Santa Librada –en cuyo primer cuerpo de la calle central se encuentran seis pinturas sobre tabla del pintor Juan Soreda-, la portada del Jaspe, y la portada de acceso a la Sacristía de Santa Librada. Estos elementos, labrados en piedra, se encuentran en los tres muros del brazo septentrional del transepto de la catedral.

Las obras, que comenzaron a principios de este año y se prolongarán durante un año y medio, consistirán en la fijación, consolidación y limpieza físico-química de los diferentes soportes y recubrimientos de pintura. También se restituirán elementos y se procederá a la reconstrucción matérica y cromática de este conjunto, que sufrió importantes daños causados por los bombardeos que recibió el templo durante la Guerra Civil.

Los elementos sujetos a restauración constituyen uno de los mejores ejemplos del primer Renacimiento en Guadalajara, donde este nuevo estilo introducido en nuestro país a finales del siglo XV y principios del siglo XVI tuvo que convivir con la establecida tradición gótica. De hecho, la catedral alberga el famoso sepulcro del Doncel, conjunto escultórico que supone un importante exponente del gótico tardío español.

El Instituto del Patrimonio Cultural de España (IPCE), organismo dependiente del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, es el encargado de promover esta intervención enmarcada en el Plan Nacional de Catedrales. Las obras supondrán una inversión total de 586.192€.

Tras 16 meses de actuaciones, el pasado 19 de julio se inauguró la restauración de la sillería del coro de la Catedral de Plasencia (Cáceres), obra del maestro Rodrigo Alemán realizada a finales del siglo XV. Este conjunto cuenta con 67 sitiales -41en la sillería alta y 26 en la baja-, casi 80 tablas de taracea y más de mil piezas de nogal talladas a mano con motivos fantásticos o costumbristas. Los trabajos han incluido además el facistol, un pequeño órgano, las puertas de acceso y la limpieza y el saneamiento generales de los muros y el entorno.

La intervención se ha debido a que la sillería presentaba una gran acumulación de suciedad, así como muchos daños mecánicos por desplazamientos, roturas o pérdidas de piezas, que vinieron a contribuir a su fragilidad e incluso al riesgo de desplome de algunos elementos volados, como los chapiteles de las sillerías presidenciales. Además había que sumar otros daños ocultos como humedades o ataques de insectos, lo que provocó la acumulación de desechos en las zonas más inaccesibles del conjunto.

Por todo ello, las acciones se centraron, en primer lugar, en limpiar las partes no visibles, en aplicar tratamientos contra insectos, en sanear los muros y en aislar de estos correctamente la madera. En segundo lugar, se trataron problemas estructurales mediante consolidación de la madera afectada por xilófagos y mediante carpintería tradicional, al añadir elementos necesarios para su soporte y, en el menor de los casos, al reconstruir piezas para recomponer su funcionalidad y continuar con su papel decorativo. La mayor dedicación la ha requerido la limpieza de las capas de suciedad e incrustaciones en la madera, para lo que se han utilizado técnicas láser. Por último, se aplicó una capa de protección con una fórmula exclusiva a base de resinas de hidrocarburos con bajo peso molecular.

Esta restauración, a cargo del Instituto de Patrimonio Cultural del Ministerio de Cultura y que contó con un presupuesto de 363.290€, sucede a otras llevadas a cabo por esta misma institución en la rejería del coro y en el dorado de las nervaduras de las bóvedas. Además, anteriormente la Junta de Extremadura colaboró también en la restauración del retablo, mientras el Estado, mediante el 1% cultural, participó en la recuperación de las cubiertas del templo cacereño.

La sillería del coro de la Catedral de Plasencia es una obra maestra del escultor Rodrigo Alemán. En un primer momento se instaló en la Catedral de la Anunciación (Catedral vieja), pero en 1565 se decidió trasladarla a la Catedral de la Asunción (Catedral nueva), lugar en el que actualmente sigue ubicada. Realizada en nogal, destaca por su extraordinaria calidad y por la dificultad de su labor artística, dada la talla diminuta y creativa de sus motivos. Cabe señalar que una de las particularidades que la distinguen de otras obras de la misma época en España es la inclusión de los respaldos con tableros de taraceas figurativas en las que aparecen los retratos de diversos santos e incluso de los Reyes Católicos.

El pasado 3 de julio comenzó la colocación del andamiaje para las obras de restauración de La Giralda, uno de los monumentos más emblemáticos no solo de Sevilla, sino de todo el país. Estas tareas, que se desarrollarán hasta finales de año, se centrarán en su cara oeste, donde por primera vez se ha instalado el citado andamio que va desde el Patio de los Naranjos a la azotea de las Azucenas, casi al borde de las campanas. Sin embargo, estos trabajos no impedirán que los turistas puedan seguir visitando esta conocida edificación almohade, aunque con algunas restricciones para garantizar su seguridad.

Con el fin de evitar el impacto estético que las obras pudieran causar, el Cabildo Catedral, responsable de su ejecución y financiación, decidió realizar las tareas de consolidación en tres fases, para que así siempre hubiera tres caras del campanario visibles. Por ello, tras la cara oeste, escogida en primer lugar por ser la que menos se ve desde el exterior, le seguirán, en este orden, la sur, la este y la norte. Aunque la idea es ir reparando una por año, su restauración responderá a la disponibilidad presupuestaria. De cualquier manera, las dos siguientes ya están en fase de redacción. Y para la supervisión de la correcta ejecución de esta intervención, el Cabildo catedralicio ya ha nombrado un comité formado por expertos de reconocido prestigio profesional tanto a nivel nacional como internacional.

En la últimas inspecciones realizadas en La Giralda, llevadas a cabo en abril de 2014, marzo de 2015 y marzo del año pasado, se detectaron problemas de conservación en la superficie de la torre. En concreto, se diagnosticaron alteraciones cromáticas en la superficie de los azulejos cerámicos, que serán sustituidos por otros de iguales características en aquellos casos en los que hayan perdido al menos un tercio de su color negro original, así como fisuras, humedades, alteraciones antropogénicas (como parches o chapados de mampostería), o la acción de agentes biológicos como musgos, líquenes, plantas superficiales, etc.

El equipo multidisciplinar que llevará a cabo la restauración actuará en varios puntos. En primer lugar, en la superficie de ladrillo cerámico: con labores de limpieza, consolidación, reintegración, rejuntado y recuperación del arranque de los sebkas (elemento decorativo en forma de entrelazado geométrico romboidal que cubre arcos, paredes, etc) del nivel inferior. En segundo lugar, en los revestimientos presentes en los diferentes elementos arquitectónicos: se tomarán muestras para analizar en el laboratorio, y se acometerán tareas de preconsolidación, limpieza y consolidación. En tercer lugar, sobre la cerámica vidriada: con labores de limpieza, reintegración y protección. En cuarto lugar, en los elementos de piedra: recibirán una limpieza general en columnas y capiteles. En quinto lugar, en los elementos metálicos: además de limpieza y protección, obtendrán la reposición de los zunchos (en este caso abrazaderas de hierro u otro material destinadas a mantener unidas las partes de la estructura) deteriorados en 1755. Y, en sexto y último lugar, en las instalaciones, revisándolas y mejorándolas en los casos en que fuera necesario. Además, durante estas tareas se irán reponiendo los elementos que fueron retirados por riesgo de desprendimiento durante las inspecciones.

La Giralda ya empezó a recibir retoques tras su construcción original en el siglo XII, aunque no se llevaron a cabo de manera continuada hasta finales del siglo XVI. La última acción parecida a la que ahora comienza se remonta a 1982, cuando se limpió la superficie del campanario. Aunque actualmente la torre no presenta ningún daño estructural, el Cabildo Catedral ha calificado como “urgentes” estas obras, cuya primera fase durará 6 meses con un presupuesto de 339.168€, de cara a consolidar los elementos y decoración de esta importante y bella construcción de origen musulmán.

 

Con el fin de atraer el interés turístico más allá de ciudades como Roma, Florencia, Venecia o Milán, las autoridades italianas van a ceder gratuitamente 103 edificios con valor histórico-artístico, como castillos, palacios o villas, a emprendedores de menos con 40 años, con la única condición de que sean restaurados para convertirlos en puntos de potencial atractivo para los viajeros. El plazo de solicitud de este “plan estratégico turístico” finalizó el pasado 26 de junio, pero está previsto que Italia añada otras 200 construcciones a esta iniciativa en los próximos dos años.

Entre las sugerencias que la Agenzia del Demanio, versión italiana de Patrimonio Nacional y promotora de esta idea, ofrece a los futuros propietarios están las de convertir estos edificios en hoteles, restaurantes, centros de interpretación, tiendas o spas con la intención de contribuir a revitalizar zonas económicamente deprimidas. De hecho, un gran número de ellos están en rutas de turismo rural, histórico o religioso. En concreto, se encuentran en la Vía Apia, que une Roma con la ciudad costera de Brindisi; la Vía Francígena, los Caminos de San Francisco y de San Benito, además de en diversas ciclovías y otras rutas conocidas a nivel local. Las concesiones iniciales gratuitas se otorgarán a menores de 40 años a título individual o como miembros de una cooperativa o compañía de otro tipo, y tendrán una duración de nueve años, prorrogables a otros nueve. Incluso si el proyecto es lo suficientemente sólido se podría ampliar el contrato hasta 50 años.

En esta primera fase se incluyen lugares como el Castello di Montefiore, datado en el siglo XIII, o el Castello di Blera, edificado en el XII y que aún posee rasgos medievales. Anteriormente, en 2013, ya se intentaron vender cincuenta monumentos, entre ellos el Castello Odescalch, cercano a Roma, pero solo se compraron unos pocos. Y ya en 2015  se llevó a cabo una iniciativa similar, cuando se vendieron treinta faros de los cuales muchos siguen hoy en día desarrollando su actividad.