Recientemente hemos comenzado una colaboración profesional con Arts Valua, una empresa de tasación y valoración de obras de arte con amplio reconocimiento y trayectoria en el mundo del coleccionismo. Como restauradores podemos ofrecer, a diferencia de lo que se piensa habitualmente, mucho más que el mero tratamiento de obras de arte.

En el mundo del coleccionismo, el restaurador-conservador puede trabajar en aspectos únicamente estéticos o restaurativos, como la reparación de daños o la restitución de su aspecto original, pero también en muchos otros aspectos que contribuyen de manera decisiva tanto en su conservación como en su puesta en valor.

Más allá de las tareas de conservación preventiva, esenciales para garantizar la durabilidad de una obra o colección, y la elaboración de Planes de Conservación Preventiva  y Planes de Emeregencia, donde se definen las pautas de conservación y protocolos de actuación que eviten o minimicen el impacto en una obra o colección ante cualquier tipo de contingencia, incluidas la de carácter catastrófico, la figura del restaurador, como técnico especializado, puede diseñar y gestionar un gran número de servicios vinculados con la asesoría técnica. De esta manera, puede brindar orientación técnica en lo referente a la conservación y cuidados de las colecciones, además de realizar informes científico-técnicos de cualquier índole, que sirvan como apoyo a otros documentos de tasación, peritaje o de certificación de autenticidad. Además puede redactar informes de estado de conservación o “Condition Report”, útiles en la mediación con aseguradoras o instituciones administrativas, al certificar el estado de una obra o colección en un momento determinado.

Los servicios que ofrecemos desde Titanio Estudio como empresa de conservación-restauración, resultan útiles e incluso, en algunos casos, imprescindibles en el mundo del coleccionismo, permitiendo alcanzar un conocimiento en profundidad de las obras, sus particularidades y su estado de conservación, además de garantizar la protección de las obras de arte y nuestro patrimonio, evaluando de forma concreta sus necesidades particulares.

Seguro que podemos ayudarte de alguna forma. ¡No dudes en consultarnos!

 

El próximo lunes 2 de julio dará comienzo una nueva edición de “Abierto por restauración”, el programa de visitas guiadas organizado por el Instituto de Patrimonio Cultural de España (IPCE) a bienes culturales en proceso de restauración, y que en esta ocasión incluye la iglesia de San Miguel de Lillo (Oviedo) y el monasterio de San Pedro de Arlanza (Burgos).

Esta iniciativa permitirá que más de 8.000 personas conozcan de primera mano los detalles de la restauración de estos importantes monumentos, que se podrán visitar de manera gratuita y durante 50 minutos una vez se haya realizado la correspondiente inscripción en la página web del programa.

Os dejamos algunos detalles de las dos importantes construcciones que se podrán disfrutar en esta edición, seleccionadas entre otros factores por la particularidad de la metodología empleada para su restauración.

Iglesia de San Miguel de Lillo

Detalle de la jamba de la puerta de acceso, en cuya parte inferior se puede apreciar las figuras de un saltimbanqui y un domador de leones.

Detalle de la jamba de la puerta de acceso, en cuya parte inferior se puede apreciar las figuras de un saltimbanqui y un domador de leones. / Foto: Rafaelji.

Este templo prerrománico, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1985 y situado a las faldas del monte Naranco, fue edificado hacia el año 842 por orden del rey Ramiro I. La construcción actual conserva aproximadamente un tercio de la edificación original, ya que toda la cabecera y parte de las naves se derrumbaron al parecer por un corrimiento de tierras hacia el siglo XI. Permanecen en pie el pórtico y uno de los tramos de la nave original.

Todo el interior está abovedado y cuenta con tres naves que se separan por medio de altas columnas, cuyas bases están decoradas con los símbolos de los Evangelistas  y sus capitales con motivos bizantinos y norteafricanos. A los pies de las naves, sobre el antiguo pórtico, se sitúa una tribuna, a la que se accede por una estrecha escalerilla de piedra, accesible por un hueco decorado con pilastras de mármol. Mención aparte merece la decoración escultórica en relieve, especialmente la de las jambas de la puerta de entrada, inspirada en un díptico consular bizantino que se conserva en el museo de San Petersburgo y que, curiosamente, presenta escenas circenses, como un saltimbanqui haciendo acrobacias o un domador de leones.

El proyecto actual de conservación, promovido por el IPCE, se centra en los trabajos de restauración de las pinturas murales y los paramentos, con una inversión prevista de 664.000 euros y una duración de año y medio. Incluirá labores de documentación gráfica, caracterización de materiales, investigación de biodeterioro y estudio microclimático. Posteriormente se procederá a la eliminación de revestimientos no originales, a la revisión estructural de paramentos y bóvedas, a la comprobación de la estanqueidad de los muros exteriores –dados los graves problemas de humedad que sufre esta iglesia-, y a la efectividad del tratamiento hidrofugante aplicado en 2011.

Horario: lunes, en turnos de mañana y tarde, entre los meses de julio y septiembre.

Monasterio de San Pedro de Arlanza

Panorámica de uno de los claustros del monasterio de San Pedro de Arlanza.

Panorámica de uno de los claustros del monasterio de San Pedro de Arlanza. / Foto: abiertoporrestauracion2018.es

Fundado en el año 912 por Gonzalo Fernández, padre del Buen Conde Fernán González, quien lo protegió hasta que se convirtió en uno de los centros monásticos más importantes de Castilla, se encuentra entre las localidades burgalesas de Hortigüela y Covarrubias.

Asentado sobre vestigios romanos y visigodos, sus restos más antiguos corresponden a la iglesia, edificada hacia el año 1080. Tras siglos de esplendor y ampliaciones, el declive le llegó con la desamortización de Mendizabal de 1835, cuando fue abandonado por los monjes que lo habitaban. Desde entonces sufrió un progresivo deterioro que no impidió que fuera declarado Monumento Histórico-Artístico en 1931.

En la actualidad el monasterio cuenta con una iglesia de orientación este-oeste, un claustro procesional situado al sur del templo, y un claustro menor o de monjes adosado al este. Entre ambos claustros se conservan una serie de estancias como la torre de la antigua sala capitular, la crujía transversal y la sacristía, así como una torre adosada al muro norte de la iglesia.

Los trabajos de restauración que se están realizando actualmente se concentran en garantizar la estabilidad del monumento y evitar que avance aún más el deterioro de sus estructuras. Además se está trabajando en garantizar el acceso al público a los espacios situados en la planta baja. Las tareas incluyen el tratamiento de los solados existentes y la instalación de otros nuevos donde sea necesario, así como rampas para salvar escaleras y poder ampliar de esta manera el recorrido turístico. Y para completar la intervención, se incluirán elementos explicativos para favorecer la comprensión del inmueble. En total supondrá una inversión de casi dos millones de euros.

Horario: De jueves a domingo, en turnos de mañana y tarde, entre los meses de julio y octubre.

La conservación y la restauración de arte sirven para proporcionar a las obras, ya sean cuadros, esculturas, edificios, etc., una nueva vida que garantice su permanencia en los años venideros en las mejores condiciones posibles. Pero, en ocasiones, también contribuyen al rescate o descubrimiento de nuevos objetos artísticos ocultos en aquellos en los que se está trabajando. Os ofrecemos una serie de ejemplos. ­

Un Picasso bajo un Picasso

Imagen del retrato de un hombre descubierto bajo “Mujer Planchando”, ambos de Picasso.

Imagen del retrato de un hombre descubierto bajo “Mujer Planchando”, ambos de Picasso. / Foto: El País.

Siempre ha sido común la costumbre entre los pintores, incluido Picasso, de reutilizar los lienzos para crear nuevas obras sobre otras antiguas. Así lo constató el museo Guggenheim de Nueva York cuando procedió a la restauración de “Mujer planchando”, obra que el genio malagueño probablemente realizó hacia 1904. En 1989, tras un análisis con infrarrojos, se descubrió que bajo la imagen de la señora planchando había otra: la de un hombre con bigote que aparecía boca abajo. Desde el principio los expertos afirmaron que esta segunda pintura, en realidad la primera en orden cronológico, también era obra de Picasso. Y tras un estudio posterior más profundo, propiciado por las nuevas tecnologías, el museo Guggenheim pudo confirmar este aspecto.

Una vez dilucidada la autoría, había que descubrir quién era el retratado. Primero se pensó en Benet Soler, un sastre amigo del maestro andaluz al que Picasso retrató en varias ocasiones. Sin embargo, la conservadora jefe y subdirectora de la Fundación Solomon R. Guggenheim, Carol Stringari; la principal conservadora del museo, Julie Barten; y uno de los más conocidos biógrafos de Picasso, John Richardson, llegaron a otra conclusión: tras estudiar a los sujetos que el pintor retrataba hacia 1900, coincidieron en que se trataba del escultor  Manuel Fernández de Soto, amigo de Picasso y hermano de Ángel, “dandi” de la época al que había retratado en 1903.

500 años ocultas en el Vaticano

Detalle de “Justicia”, una de las pinturas inéditas de Rafael descubiertas tras unas labores de restauración en los Museos Vaticanos.

Detalle de “Justicia”, una de las pinturas inéditas de Rafael descubiertas tras unas labores de restauración en los Museos Vaticanos. / Foto: CNN

El pasado año, durante unos trabajos de limpieza y restauración de una sala en los Museos Vaticanos, se descubrieron dos tesoros que habían permanecido ocultos nada menos que 500 años. Se trataba de dos pinturas de Rafael, maestro del Renacimiento. Los expertos creen que podrían responder a su último trabajo antes de su temprana muerte, fechada en 1520 cuando el pintor solo contaba con 37 años. Son dos figuras femeninas, una representa a la Justicia y la otra a la Amistad, que pudieron ser pintadas hacia 1519, justo antes de su fallecimiento. Después de su desaparición, otros pintores finalizaron los trabajos y las obras de Rafael fueron olvidadas.

En 1508 el Papa Julio II había encargado a Rafael la decoración de sus dependencias privadas. El de Urbino completó tres habitaciones, conocidas como “Las estancias de Rafael”, en las que se encuentran frescos tan famosos como “La escuela de Atenas”. Para la cuarta, la “Sala de Constantino”, Rafael había planeado utilizar óleo en vez de la más común técnica del fresco, tal y como recoge el libro “Las vidas de los más excelentes pintores, escultores y arquitectos” (1550), de Giorgio Vasari, en el que se atestigua que Rafael había empezado a trabajar en dos figuras con una técnica experimental. A esta pista se unieron los datos que aportaron las fotos realizadas con rayos ultravioletas e infrarrojos: estaban pintadas al óleo, las pinceladas eran las típicas de Rafael y no contaban con un dibujo preparatorio previo, como era costumbre en el maestro. Todo ello confirmó la autoría de ambas pinturas.

El “puzle” de Magritte

René Magritte, al igual que hemos visto con Picasso, también reutilizaba sus lienzos. En 1935 el pintor belga decidió deshacerse de su obra “La pose echantée” (“La pose encantada”) (1927), que representaba dos cuerpos femeninos desgarbados, porque la consideraba “irrelevante” a nivel estético, y cortó la tela en cuatro trozos. Desde entonces se buscaban las piezas de esta obra de la que solo se conservaba una foto en blanco y negro de 1932. Hasta que el pasado mes de noviembre se encontró la última de todas ellas, lo que supuso la culminación de un trabajo de investigación que comenzó en 2013 en Nueva York, cuando los conservadores del MoMA encontraron la primera.

En concreto, se encontraba en “Le portrait” (“El retrato”), un bodegón de 1935 que representaba una loncha de jamón y un ojo en el centro. Gracias a los rayos ultravioleta, los expertos del MoMA descubrieron en ella la parte superior izquierda de la obra perdida. La segunda pieza se encontró en el Moderna Museet de Estocolmo, en la pintura “Le modèle rouge” (“El modelo rojo”), también de 1935, que escondía el cuarto inferior izquierdo, mientras que la tercera pieza se localizó en 2016, en otra pintura de 1935, “La condition humaine” (“La condición humana”), esta vez en el Norwich Castle Museum de Reino Unido. La investigación culminó de la mano del Museo Magritte de Bruselas y la Universidad de Lieja, que tras analizar 18 de los 63 óleos que custodiaban, encontraron la cuarta pieza, la de la parte superior derecha, en la obra “Die n’est  pas un saint” (“Dios no es un santo”), realizada entre 1935 y 1936, lo que ha permitido reconstruir virtualmente la obra primigenia.

Camarín barroco de Vallecas

Pinturas murales del camarín barroco de la iglesia de San Pedro Ad Víncula de Villa de Vallecas (Madrid).

Pinturas murales del camarín barroco de la iglesia de San Pedro Ad Víncula de Villa de Vallecas (Madrid). / Foto: valledelkas.com.

El conocido barrio madrileño de Vallecas oculta muchos tesoros en sí mismo. Uno de los principales es la iglesia parroquial de San Pedro Ad Víncula, templo diseñado por Juan de Herrera –arquitecto del monasterio de San Lorenzo de El Escorial- en 1600 y cuya torre añadida fue obra de Ventura Rodríguez. Este edificio ha sido sometido recientemente a 19 años de reformas. Durante estos trabajos, y tras el estudio de los huecos de la fachada, los investigadores llegaron al convencimiento de que tras los muros situados junto al altar se ocultaba una capilla. Las catas y demoliciones permitieron encontrar restos de bóvedas y pinturas de un camarín barroco fechado a mediados del siglo XVII, así como un arco o ventana de conexión con la iglesia en estilo herreriano.

Los camarines barrocos llegaron a ser muy frecuentes en la Comunidad de Madrid. Sin embargo, este, dedicado a la Virgen del Rosario, es el único que se conserva en la actualidad y uno de los pocos de España. Sus llamativas pinturas murales se atribuyen al pintor madrileño Juan Vicente Ribera, dada la similitud a las encontradas en la capilla de las Santas Formas de Alcalá de Henares.

Cápsula del tiempo

Uno de los pliegos que se encontraron en el interior de una talla de Cristo del s.XVIII de Sotillo de la Ribera (Burgos).

Uno de los pliegos que se encontraron en el interior de una talla de Cristo del s.XVIII de Sotillo de la Ribera (Burgos). / Foto: El Mundo.

Los restauradores de una talla de un Cristo del siglo XVIII perteneciente a la iglesia de Sotillo de la Ribera (Burgos) se quedaron totalmente sorprendidos cuando en la parte trasera de la figura, en el interior de la madera hueca, encontraron una cápsula del tiempo. Se trataba de una serie de documentos firmados en 1777 por el capellán de la catedral de Burgo de Osma (Soria), Joaquín Mínguez, en el que proporcionaba información económica, religiosa, política y cultural de la época.

En concreto se trataba de dos pliegos escritos a mano por ambas caras con una cuidadosa caligrafía. En ellos, el capellán identifica al autor de la talla como Manuel Bal. Además describe lo que se cultivaba en el Obispado de Osma: “Cosechas de trigo, cebada, centeno, avena”, con especial mención al vino de “la tierra Aranda”. Relata las enfermedades más comunes, así como los entretenimientos preferidos de la población. Y, por último, detalla datos más generales del momento: “La Corte está en Madrid. Hay Correo y Gaceta para las noticias. Hay Inquisición, por lo cual no se experimentan errores contra la Iglesia de Dios. Se contratan en funciones grandes toreros famosos de Salamanca”.

No hay duda de que el pavimento hidráulico, esos suelos “vintage” formados por llamativas baldosas con formas y colores ornamentales, está de moda. Se puede ver en revistas de decoración, residencias de diseño, y en las tiendas de cerámica más a la última. Pero al contrario de lo que se pudiera pensar, este fenómeno viene de lejos. En concreto, este tipo de piezas se desarrollaron en el sur de Francia a mediados del siglo XIX, y su uso fue generalizado hasta finales de la pasada década de los cincuenta. En Madrid, uno de los mejores ejemplos de este tipo de pavimentación se encuentra en el hall de acceso al Claustro de Profesores de la Escuela Técnica Superior de Ingenieros de Minas y Energía, en cuya restauración Titanio Estudio ha participado recientemente con la elaboración de su proyecto de conservación y restauración, y su dirección de obra.

El suelo hidráulico de la Escuela de Minas y Energía

En concreto, la zona central de esta estancia presenta un pavimento hidráulico compuesto por baldosas de 20x20cm, con una decoración vegetal muy rica y recargada, con motivos regulares dispuestos en módulos cuadrangulares. Todo ello aparece rodeado por una cenefa, también con motivos vegetales y cintas corridas. Y para finalizar, una serie de baldosas hidráulicas de color rojo que forman el orlado o fajeado perimetral y sirven de remate hasta el zócalo.

Este llamativo pavimento es obra de la prestigiosa casa Escofet y Cia, conocida anteriormente como Escofet, Fortuny y Cia, aunque la unión con Fortuny se rompió en 1896. Esta fábrica fue pionera en nuestro país en la creación de este tipo de baldosas, muy del gusto de la burguesía catalana de la segunda mitad del siglo XIX. Precisamente poco antes de que finalizara la centuria, en 1891, la firma barcelonesa abrió una sucursal en Madrid.

 

Reverso de una de las baldosas hidráulicas de la firma Escofet, Fortuny y Cia.

Reverso de una de las baldosas hidráulicas de la firma Escofet, Fortuny y Cia.

 

Paralelamente, entre los años 1884 y 1894, se llevó a cabo la construcción del edificio de la Escuela Técnica Superior de Ingenieros de Minas y Energía de Madrid bajo las órdenes del prestigioso arquitecto Ricardo Velázquez Bosco, autor de otros edificios tan representativos de la capital como el Palacio de Cristal de El Retiro o el Palacio de Fomento, actual sede del Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente. Con seguridad Velázquez Boscó conocía al mencionado fabricante con anterioridad incluso al establecimiento de la nueva sucursal madrileña y a su exitoso paso por  la Exposición de Barcelona de 1888, donde Escofet, Fortuny y Cia. obtuvo la medalla de oro. De hecho, el pavimento hidráulico se instaló en muchos edificios de la época por toda España. En Madrid, por ejemplo, se conserva un suelo parecido en el salón Chaflán del Museo Cerralbo, obra del artista modernista Josep Pascó, quien quizá pudo ser también el autor del diseño de la Escuela de Minas y Energía, el cual se puede encontrar también en la tienda de telas de Casa Navás, en Reus (Tarragona).

Estado previo y tratamientos de restauración

 

Deterioro de algunas de las baldosas antes de su restauración.

Deterioro de algunas de las baldosas antes de su restauración.

 

Antes de su restauración, el suelo hidráulico de la Escuela de Minas y Energía presentaba un estado general bastante aceptable, aunque había ciertas alteraciones como grietas y fracturas en algunas baldosas, pérdida de adhesión al sustrato; así como desgastes y erosiones superficiales propias del uso.

Para recuperar su unidad potencial hubo que llevar a cabo diferentes tratamientos. Por un lado, se aplicó un mortero de cal hidráulica como tratamiento de adhesión o sellado en todas aquellas baldosas fracturadas, sueltas, despegadas o con movilidad. En zonas puntuales, donde las fracturas eran limpias y no presentaban pérdida de materia, se aplicó una inyección de resina termoplástica en dispersión coloidal (Acril 33), con el objetivo de garantizar la adhesión entre los fragmentos.

 

Instante en el que se retiran baldosas sueltas y se recolocan con mortero de cal.

Instante en el que se retiran baldosas sueltas y se recolocan con mortero de cal.

 

Una vez consolidadas las baldosas, se llevó a cabo una limpieza del revestimiento en dos fases; una primera de carácter químico  y una segunda basada en procedimientos mecánicos. Tras una limpieza en profundidad con una mezcla de agua y jabón neutro, se procedió con un micropulido con diferentes discos de diamante. A continuación se aplicó un hidrosellante para reducir la porosidad de las baldosas. Y por último, y en dos ocasiones, se abrillantó con cera microcristalina para conseguir el resultado más óptimo en cada una de las piezas.

Evolución histórica y técnica del suelo hidráulico

El pavimento hidráulico, que tuvo un gran desarrollo en España, tiene sus raíces en la península itálica a finales del XVIII. Pero realmente fue en Francia, en concreto en el Valle del Ródano, zona con un gran número de fábricas de cemento, y más concretamente en la ciudad de Viviers, donde la baldosa hidráulica va a adquirir la importancia de la que disfrutó hasta mediados del pasado siglo. Todo hace indicar que este tipo de suelo se introdujo en nuestro país desde Viviers a través de Cataluña, que vivía el apogeo del Modernismo. De hecho, esta clase de baldosas o rajolas, como se dice en catalán, siguen teniendo una gran aceptación allí, donde hay contabilizadas 70 de las más de 300 fábricas de pavimento hidráulico que hay en España.

El suelo hidráulico se realizaba con una novedosa técnica que abarataba los costes, y tenía la finalidad de cubrir solados imitando mármoles, piedras duras y otros materiales. Se fabricaban con mortero de cemento portland, por la capacidad que tiene este material de endurecerse con el agua a través de una reacción química denominada “hidraulicidad”. A ese mortero se le añadían los pigmentos correspondientes y se distribuía en un molde metálico según el diseño. Se establecen así tres capas en cada baldosa: la exterior (lisa y vista), la más valiosa desde el punto de vista artístico, ya que incluye los estampados y formas; la del medio (brassatge o secante); y la inferior (gros), la más porosa y a la que se le adhiere el mortero de agarre. Las piezas más comunes suelen tener un formato cuadrado, de unos 20×20 cm, con un grosor aproximado de 2,5 cm, y un peso entre un kilo y medio y dos kilos cada una.

Fuentes: Memoria de restauración del hall de acceso al Claustro de Profesores de la Escuela de Minas y Energía de Madrid / Revista ESTUCO.

En el presente artículo os vamos a relatar nuestra experiencia respecto a “Abierto por restauración”, jornadas que el Instituto de Patrimonio Cultural Español (IPCE) ha puesto en marcha hasta el próximo 26 de noviembre, y que permiten visitar, entre otros monumentos, y con motivo de su restauración, el conjunto escultórico en piedra caliza policromada formado por el retablo de Don Fadrique, el retablo de Santa Librada, la portada de Jaspe y la portada de acceso a la sacristía de Santa Librada de la catedral de Sigüenza (Guadalajara), que tuvimos el placer de disfrutar hace unos días.

El proyecto de restauración fue redactado por la conservadora-restauradora de escultura Olga Cantos Martínez y se basó en los resultados obtenidos en la intervención de estudios previos llevada a cabo en el año 2014. Por tanto, estamos ante una actuación ejemplar, ya que para poder realizar un buen proyecto de restauración es necesario conocer a fondo qué le está ocurriendo a nuestro bien cultural. En concreto los citados estudios previos estuvieron encaminados a conocer el monumento y a ensayar los tratamientos de conservación y restauración. Para obtener más información al respecto se puede consultar el siguiente artículo de la revista Pátina. Una vez que se clarificó la situación, y se obtuvieron unas conclusiones, se procedió a la redacción del proyecto de conservación y restauración. Este salió a licitación y su adjudicación se produjo en el año 2016. A día de hoy continúa la intervención según las premisas recogidas en el proyecto de restauración de Olga Cantos Martínez.

En la visita de “Abierto por restauración” nos explicaron la historia e iconografía de los retablos y portadas que conforman el conjunto escultórico, en el que llama la atención los daños que sufrió durante la Guerra Civil. La catedral fue bombardeada durante el conflicto bélico, siendo el mausoleo de don Fadrique uno de los más afectados por el impacto de los obuses, que causaron el desprendimiento de una gran parte del lateral derecho, y afectaron también al zócalo, a los dos primeros cuerpos del mausoleo y a la estabilidad estructural de las fábricas. Los proyectiles y la onda expansiva también produjeron numerosas fracturas y pérdidas volumétricas tanto en el mausoleo de don Fadrique como en el retablo de Santa Librada. Finalizada la contienda y a partir de 1941 se llevaron a cabo una serie de trabajos de restauración y reconstrucción de la catedral y del conjunto escultórico, dirigidos por los arquitectos Antonio Labrada y Leopoldo Torres Balbás. En los estudios previos del año 2014 se pudo constatar que fue el escultor Florentino Trapero quien dirigió la intervención de los retablos en 1941, al aparecer una inscripción labrada en el libro que porta la figura de Santa Margarita donde se indica el nombre del artista junto al del arquitecto A. Labrada.

Las visitas están destinadas al público general por lo que se centran más en aspectos histórico-artísticos que en aspectos de conservación y restauración. A tenor de las expresiones y los comentarios de las personas junto a las que visitamos la restauración, supone todo un acierto, puesto que todas las observaciones fueron muy positivas. Ahora bien, desde el punto de vista del profesional de conservación y restauración las explicaciones se quedan bastante cortas, y ante la imposibilidad de consultar el proyecto de conservación o los resultados de los estudios previos se generan dudas y surgen multitud de preguntas que a día de hoy no podemos contestar. De cualquier manera, y a simple vista, podemos inferir la profesionalidad de los actores involucrados en la intervención, de los criterios utilizados y de la metodología empleada, ya que, entre otras cosas, en el interior del recinto se pueden observar los planos de los retablos con los tratamientos realizados, la organización del espacio y las zonas terminadas.

La implantación de los medios necesarios para realizar la obra es ciertamente imaginativa y operativamente muy útil. La instalación de una lona serigrafiada con las ortofotos del conjunto escultórico reduce considerablemente el impacto visual de la intervención desde el interior del templo, y sirve para acompañar las explicaciones realizadas durante la visita, las cuales se ven completadas por la presencia de una pantalla donde se muestra un video, muy bien editado, que nos introduce en su estado de conservación y en los trabajos de conservación y restauración. En conjunto la implantación, la organización, la estética e incluso la escenificación nos parecen un gran acierto.

Os invitamos a que acudáis a cualquiera de las obras incluidas en “Abierto por restauración” –monasterio del Parral (Segovia), murallas del Albaicín (Granada), castillo de Sagunto (Valencia) y el citado conjunto escultórico de la catedral de Sigüenza–, ya que esta iniciativa constituye una magnífica oportunidad para conocer de primera mano los esfuerzos realizados por el IPCE para la conservación, restauración y puesta en valor de nuestro patrimonio.

Cada año desde 2010, la Biblioteca y el Archivo General del Ministerio de Asuntos Exteriores y Cooperación impulsan conjuntamente proyectos de conservación y restauración de sus fondos manuscritos, algunos procedentes de la Biblioteca de Manuel Godoy, el que fuera favorito y primer ministro de Carlos IV entre 1792 y 1798. Actualmente son 170 los ejemplares sobre los que se está trabajando.

Los encargados son profesionales del sector que son contratados cada año para realizar tareas de limpieza, estabilización y elaboración de cajas de conservación a medida. Precisamente los fondos sujetos a estas labores se eligieron prioritariamente en función de sus necesidades de estabilización o conservación mínimas, o entre aquellos que presentaban elementos de la encuadernación o del texto susceptibles de perderse o deteriorarse irremediablemente. Las labores se llevan a cabo siguiendo tres principios de actuación: reversibilidad, inocuidad y conveniencia. Estos son algunos de los manuscritos más importantes que se están restaurando:

Una imagen del libro “Salustrio”.

Una imagen del libro “Salustrio”. / Foto: exteriores.gob.es

  • El libro llamado “Salustrio”, que incluye la traducción de dos famosas obras de Cayo Salustio Crispo: “La conjuración de Catilinia” y “La guerra de Yugurta”. Se trata del manuscrito más antiguo de los que contiene esta biblioteca, ya que la traducción fue realizada hacia 1460 por el Arcediano de Toledo Vasco Ramírez.
Uno de los documentos de Felipe II relativos a su sucesión en Portugal.

Uno de los documentos de Felipe II relativos a su sucesión en Portugal. / Foto: exteriores.gob.es

  • Varios documentos relacionados con la sucesión de Felipe II a la corona de Portugal. Se incluyen cartas del propio rey, Henrique I, Cristóbal Moura, Antonio Pérez, Gabriel de Zayas, el duque de Osuna, el duque de Alba e incluso el Papa relativas a los derechos que alegó el propio Felipe II para acceder al trono luso. Las cartas están fechadas entre 1579 y 1580.
Proceso de restauración de las “cossas” de Sicilia y “Teatro Geográfico”.

Proceso de restauración de las “cossas” de Sicilia y “Teatro Geográfico”. / Foto: exteriores.gob.es

  • Relación de las “cossas” de Sicilia y “Teatro Geográfico, antiguo y moderno, del Reyno de Sicilia”, que contienen unas cuidadas ilustraciones en las que aparecen los principales monumentos civiles y religiosos de Palermo y Mesina, así como escenas mitológicas ligadas a la isla italiana o representaciones de actos institucionales de la corte virreinal. Está fechado el 1 de mayo de 1686 en Palermo.
Una de las primeras páginas de la recopilación “Historie de la Cittá di Firenze”.

Una de las primeras páginas de la recopilación “Historie de la Cittá di Firenze”. / Foto: exteriores.gob.es

  • “Historie de la Cittá di Firenze”, una obra sin paginar, con cartas incluidas sin ningún orden establecido y sin cubierta. Fue posteriormente ordenado y paginado por Verginia Ubaldini allá por 1698. La cubierta es de guadamecí, es decir, de cuero, normalmente de carnero, con relieves y pinturas que se utilizaba para forrar arquetas, decorar paredes y techos, así como para encuadernar.

Desde principios de este mes de junio Titanio Estudio ha emprendido una nueva fase en la restauración de la iglesia de San Pedro Ad Víncula de la localidad madrileña de Redueña. En concreto se trata de trabajos en diversos elementos de la portada del siglo XVI, así como la recuperación de la hornacina policromada presente en la torre de esta edificación, una de las piezas más bellas y antiguas de las que se conservan en el edificio.

Titanio Estudio ya había realizado trabajos de restauración en esta iglesia a lo largo de 2016, principalmente en su bella portada principal. De diseño renacentista, se encontraba en un avanzado estado de deterioro, por lo que las acciones se centraron en la recuperación volumétrica de los elementos desaparecidos o dañados, y en la restitución de aquellos que habían dejado de cumplir su cometido, protegiendo así este conjunto artístico.

La Comunidad de Madrid, a través de su Dirección de Patrimonio Cultural, ha invertido desde 2006 un total de 838.884€ en la recuperación y conservación de esta edificación. Anteriormente, entre 2006 y 2009, se había procedido a la restauración integral del templo, así como a la restauración de las pinturas murales de su ábside. Y más tarde, en 2013, se llevó a cabo la restauración del portón del acceso principal, fechado en 1661.

La iglesia parroquial de San Pedro Ad Víncula es la construcción más singular del término de Redueña, situado al Norte de la Comunidad de Madrid. Fue levantada entre los siglos XIV y XV junto al Barranco del Moral. Es una edificación sencilla de una sola nave, construida en piedra caliza, con contrafuertes, levantada esta con mampostería y sillería de caliza. La torre a la que se encuentra adosada pertenece a una construcción anterior, posiblemente de carácter defensivo, a tenor de las aspilleras, vanos verticales estrechos y profundos, que se pueden observar en sus alzados. En este templo comparten espacio elementos pertenecientes a distintos estilos artísticos, desde la talla románica policromada de la Virgen o un brazo de cruz de piedra, datado en el siglo XV, el arco fajón apuntado y las hornacinas laterales con decoración floreada, que evidencian la existencia de un templo, o al menos de unas trazas anteriores, y que estilísticamente puede situarse entre finales del s.XV y principios del XVI, pasando por la ya mencionada portada plenamente renacentista.

Os damos la bienvenida al blog de Titanio Estudio, un espacio centrado en la divulgación de los aspectos más destacados del mundo de la restauración y la conservación artística. Aquí, los lectores, ya sean profesionales o simplemente apasionados del arte, podrán encontrar artículos de diferentes temáticas sobre la actualidad del sector, como proyectos relevantes de diversos lugares del mundo; rehabilitaciones de elementos histórico-artísticos singulares; estudios técnicos de obras concretas; así como toda la actividad de nuestra empresa.

Aprovechamos la ocasión para invitaros a participar en este foro ya que los comentarios de los lectores constituyen la mejor fuente de inspiración de cualquier blog. Vuestras ideas, aportaciones y/o matizaciones contribuirán a mejorar esta bitácora para dar a conocer aún más la importante aportación que supone la restauración artística en la perpetuación de nuestro patrimonio cultural. Nuestro fin último es, desde aquí, transmitir a la sociedad la idea de que la minuciosa labor del restaurador resulta imprescindible para que todos podamos contemplar y disfrutar a día de hoy lo que un artista nos quiso comunicar años o incluso siglos atrás. No en vano estamos convencidos de que la restauración también es un arte.