Recientemente hemos comenzado una colaboración profesional con Arts Valua, una empresa de tasación y valoración de obras de arte con amplio reconocimiento y trayectoria en el mundo del coleccionismo. Como restauradores podemos ofrecer, a diferencia de lo que se piensa habitualmente, mucho más que el mero tratamiento de obras de arte.

En el mundo del coleccionismo, el restaurador-conservador puede trabajar en aspectos únicamente estéticos o restaurativos, como la reparación de daños o la restitución de su aspecto original, pero también en muchos otros aspectos que contribuyen de manera decisiva tanto en su conservación como en su puesta en valor.

Más allá de las tareas de conservación preventiva, esenciales para garantizar la durabilidad de una obra o colección, y la elaboración de Planes de Conservación Preventiva  y Planes de Emeregencia, donde se definen las pautas de conservación y protocolos de actuación que eviten o minimicen el impacto en una obra o colección ante cualquier tipo de contingencia, incluidas la de carácter catastrófico, la figura del restaurador, como técnico especializado, puede diseñar y gestionar un gran número de servicios vinculados con la asesoría técnica. De esta manera, puede brindar orientación técnica en lo referente a la conservación y cuidados de las colecciones, además de realizar informes científico-técnicos de cualquier índole, que sirvan como apoyo a otros documentos de tasación, peritaje o de certificación de autenticidad. Además puede redactar informes de estado de conservación o “Condition Report”, útiles en la mediación con aseguradoras o instituciones administrativas, al certificar el estado de una obra o colección en un momento determinado.

Los servicios que ofrecemos desde Titanio Estudio como empresa de conservación-restauración, resultan útiles e incluso, en algunos casos, imprescindibles en el mundo del coleccionismo, permitiendo alcanzar un conocimiento en profundidad de las obras, sus particularidades y su estado de conservación, además de garantizar la protección de las obras de arte y nuestro patrimonio, evaluando de forma concreta sus necesidades particulares.

Seguro que podemos ayudarte de alguna forma. ¡No dudes en consultarnos!

 

Con el fin de atraer el interés turístico más allá de ciudades como Roma, Florencia, Venecia o Milán, las autoridades italianas van a ceder gratuitamente 103 edificios con valor histórico-artístico, como castillos, palacios o villas, a emprendedores de menos con 40 años, con la única condición de que sean restaurados para convertirlos en puntos de potencial atractivo para los viajeros. El plazo de solicitud de este “plan estratégico turístico” finalizó el pasado 26 de junio, pero está previsto que Italia añada otras 200 construcciones a esta iniciativa en los próximos dos años.

Entre las sugerencias que la Agenzia del Demanio, versión italiana de Patrimonio Nacional y promotora de esta idea, ofrece a los futuros propietarios están las de convertir estos edificios en hoteles, restaurantes, centros de interpretación, tiendas o spas con la intención de contribuir a revitalizar zonas económicamente deprimidas. De hecho, un gran número de ellos están en rutas de turismo rural, histórico o religioso. En concreto, se encuentran en la Vía Apia, que une Roma con la ciudad costera de Brindisi; la Vía Francígena, los Caminos de San Francisco y de San Benito, además de en diversas ciclovías y otras rutas conocidas a nivel local. Las concesiones iniciales gratuitas se otorgarán a menores de 40 años a título individual o como miembros de una cooperativa o compañía de otro tipo, y tendrán una duración de nueve años, prorrogables a otros nueve. Incluso si el proyecto es lo suficientemente sólido se podría ampliar el contrato hasta 50 años.

En esta primera fase se incluyen lugares como el Castello di Montefiore, datado en el siglo XIII, o el Castello di Blera, edificado en el XII y que aún posee rasgos medievales. Anteriormente, en 2013, ya se intentaron vender cincuenta monumentos, entre ellos el Castello Odescalch, cercano a Roma, pero solo se compraron unos pocos. Y ya en 2015  se llevó a cabo una iniciativa similar, cuando se vendieron treinta faros de los cuales muchos siguen hoy en día desarrollando su actividad.